QEMU y KVM son dos tecnologías de virtualización diferentes que puede utilizar para crear potentes máquinas virtuales. ¿Cuál deberías elegir de los dos?

Cuando se trata de virtualización, debe estar familiarizado con QEMU y KVM. Estas tecnologías son fundamentales en la creación y gestión de máquinas virtuales (VM), lo que permite organizaciones e individuos para aprovechar el potencial de la virtualización para una serie de aplicaciones

Pero, ¿cómo puedes determinar cuál es mejor para ti? Veamos las distinciones entre QEMU y KVM, así como las ventajas y desventajas de ambas tecnologías de virtualización.

¿Qué es QEMU?

QEMU, también conocido como Quick Emulator, es un código abierto software de virtualización de hardware que le permite ejecutar máquinas virtuales en diferentes plataformas de host.

A diferencia de KVM, que se centra principalmente en la virtualización asistida por hardware, QEMU utiliza la emulación completa del sistema, lo que le permite emular un sistema informático completo, incluido el procesador, la memoria, el almacenamiento y los periféricos dispositivos. Esta flexibilidad convierte a QEMU en una excelente opción para la virtualización multiplataforma, ya que admite una amplia gama de arquitecturas.

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¿Qué es KVM?

KVM, abreviatura de Máquina virtual basada en kernel, es otra tecnología de virtualización de código abierto. A diferencia de QEMU, KVM funciona como parte del kernel de Linux. Aprovecha extensiones de hardware como Intel VT o AMD-V para permitir una virtualización eficiente asistida por hardware.

Al integrarse con el kernel del sistema operativo host, KVM reduce los gastos generales y logra un mayor rendimiento en comparación con las soluciones puramente basadas en software como QEMU. En esencia, KVM proporciona el marco de virtualización, mientras que QEMU se usa a menudo como un componente de espacio de usuario para emular dispositivos.

QEMU vs. KVM: las diferencias

Tanto KVM como QEMU tienen funciones potentes que puede usar, según el tamaño y el propósito de su proyecto. Para examinar ambos y comparar QEMU vs. KVM, revisemos las categorías de rendimiento, soporte de dispositivos, administración y disponibilidad para ambas tecnologías:

1. Rendimiento y eficiencia

Debido a su enfoque de emulación de sistema completo, QEMU tiende a consumir más recursos que KVM. Dado que QEMU emula tanto el hardware como el sistema operativo invitado, incurre en una mayor sobrecarga, lo que puede generar cuellos de botella en el rendimiento, especialmente para las cargas de trabajo con uso intensivo de cómputo.

Además, la dependencia de QEMU en la virtualización basada en software podría limitar su capacidad para lograr el máximo rendimiento en ciertos escenarios.

KVM, al ser una tecnología de virtualización basada en kernel, disfruta de la ventaja de la virtualización asistida por hardware. Esto permite que KVM acceda directamente a las extensiones de virtualización del procesador host, lo que resulta en una sobrecarga significativamente menor y un rendimiento mejorado.

Al aprovechar el kernel del host para la administración de la memoria y la programación de la CPU, KVM garantiza que las máquinas virtuales funcionen de manera eficiente, casi a la velocidad nativa. Para cargas de trabajo con uso intensivo de recursos y aplicaciones críticas para el rendimiento, KVM a menudo supera a QEMU.

2. Soporte de dispositivos y plataformas

Como QEMU se centra en la emulación completa del sistema, cuenta con una amplia compatibilidad con dispositivos y plataformas. QEMU puede emular diversos componentes de hardware, lo que lo convierte en una opción versátil para ejecutar máquinas virtuales en diferentes arquitecturas, incluidas x86, ARM, PowerPC y más. Esta versatilidad convierte a QEMU en una excelente opción para desarrolladores y evaluadores que necesitan trabajar con múltiples plataformas.

KVM, por otro lado, se basa en la virtualización asistida por hardware, que restringe el soporte de su plataforma a sistemas con extensiones de virtualización específicas (Intel VT o AMD-V). En consecuencia, KVM está diseñado principalmente para sistemas basados ​​en x86, lo que limita su idoneidad para la virtualización multiplataforma en comparación con QEMU.

3. Usabilidad y Gestión

El enfoque de emulación de sistema completo de QEMU le brinda una interfaz de usuario sencilla y accesible. Configurar máquinas virtuales con QEMU es relativamente simple y su compatibilidad con una amplia gama de arquitecturas permite una mayor flexibilidad.

Además, la capacidad de QEMU para ejecutarse sin privilegios de kernel lo convierte en una opción más sencilla para los usuarios que requieren menos permisos administrativos.

KVM, al ser una solución de virtualización basada en kernel, está estrechamente integrada con el kernel de Linux. Esta estrecha integración puede conducir a una curva de aprendizaje más pronunciada para algunos usuarios, en particular para aquellos que no están familiarizados con los sistemas basados ​​en Linux. Sin embargo, las herramientas de administración de KVM, como virt-manager, brindan una interfaz fácil de usar para manejar máquinas virtuales y sus configuraciones.

Para los usuarios con experiencia en Linux o aquellos que buscan una gestión de virtualización robusta, KVM demuestra ser una opción poderosa y eficiente.

KVM frente a QEMU: ¿Cuál elegir?

Tanto QEMU como KVM son tecnologías de virtualización poderosas, cada una con sus fortalezas y debilidades únicas. Si necesita soporte multiplataforma, flexibilidad y simplicidad, QEMU podría ser la mejor opción para sus necesidades de virtualización.

Por otro lado, si sus prioridades son el rendimiento, la eficiencia y la integración perfecta con Linux, KVM se destaca como una opción muy adecuada.

En última instancia, la decisión entre QEMU y KVM depende de sus requisitos específicos, las características de la carga de trabajo y la familiaridad con los sistemas basados ​​en Linux.

Al evaluar cuidadosamente sus necesidades y comprender las diferencias entre estos dos gigantes de la virtualización, puede tomar una decisión informada que se alinee de manera óptima con sus objetivos de virtualización. Así que tómese su tiempo, evalúe los pros y los contras y tome la decisión correcta para una virtualización exitosa.